Botox para todos: los hombres se inyectan cada vez más y hasta hay una versión light para los sub 35 (2024)

Ya no hay nada de secreto en aplicarse botox. Es muy común escuchar hablar del tema. Hasta en el subte. "Te paso el tel de mi cirujana que cobra más barato que el tuyo". "A vos te duró mucho más ¿En dónde más te pusiste?".

Así como en Nueva York están los Superdrug, que son“bares de botox”para entrar “de pasada” -como a un salón de uñas ode extensiones de pestañas-,en Buenos Aires las inyecciones de toxina botulínica se convirtieron en un tratamiento estético tan “natural” como hacerse la depilación definitiva.

En 2018, las inyecciones de botox — el procedimiento estético no invasivo N°1 en el top 5 de los más demandados, según la American Society of Aesthetic Plastic Surgery, para disimular arrugas o evitar que se marquen- subieron un 16.3% desde el año anterior y un 34% en los últimos cinco años. Eso, en el mundo. En Argentina, donde también es lo más inyectado y la Industria de la cirugía estética está 100% dolarizada, la corrida cambiaria llevó a una leve baja y las clínicas se vieron obligadas hasta a bajar los precios.

El paciente Lorenzo Urbieta y el cirujano Omar Lebus. (Foto Lucía Merle)

Así y todo, la curva de crecimiento del botox en nuestro país no alcanzó la meseta, sigue en ascenso. Según datos a los que accedió Clarín a partir del total de importación de productos de toxina botulínica de todas las marcas, en 2018 hubo 178.000 tratamientos.

Para uso estético se venden en todo el pais, para todas las empresas, 10.000 ampollas por mes que se usan en entre 20.000 y 25.000 pacientes, dependiendo de la marca.La más conocida, claro está, es Botox, de la fabricante Allergan. Pero también está Dysport y Xeomin. Una ampolla de Botox o Xeomin sirve para dos pacientes, pero una Dysport alcanza para tres.

Los hombres se animan al botox.

En promedio la aplicación sale $ 11.900 por 50 unidades de toxina botulínica. Para la frente, por ejemplo, se necesitan 10 unidades. Los efectos se ven entre 48 y 72 horas después de los pinchazos y el resultado dura entre 4 y 6 meses.

Los fillers (rellenos) de ácido hialurónico subieron un 12 % en la misma ventana de tiempo. Sirven para reposicionar pómulos, reducir arrugas o dar volumen a los labios, tienen el mismo costo promedio por jeringa y duran hasta 1 año.

Ambos procedimientos se consolidan como los más elegidos para tratar arrugas y lograr el objetivo personal de pacientes y cirujanos: un rostro armónico. No importa el género o la edad.

La aplicación de botox es un proceso mínimamente invasivo. No necesita mayor postoperatorio que evitar recostarse durante unas horas y no hacer actividad física durante un día. Rápido e indoloro, consiste en micro-inyecciones en el músculo responsable de la formación de la arruga.

"Al relajarlo temporalmente, impide la profundización de las arrugas existentes y la formación de nuevas líneas de expresión, actuando de manera preventiva", explica a Clarín el médico especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva, Fernando Felice (MN 108.614).

“Los rellenos de ácido hialurónico bien utilizados permiten lograr la armonización facial, resultados naturales conservando los rasgos de cada paciente. Hoy se busca naturalidad en el rostro. Nadie tiene que darse cuenta que un paciente es tratado, todos deben verlo 'mucho mejor' sin saber por qué”, sigue.

Felice es embajador de los llamados MD Codes o códigos médicos, la nueva técnica que la fabricante de Botox, Allergan, estableció a nivel mundial como base en la aplicación de ácido hialurónico. El protocolo es inyectarlo sólo en unos “códigos” o puntos específicos del rostro y así evitar excesos.El botox y el relleno suelen aplicarse en la misma visita.

“Antes la aplicación de rellenos era intuitiva, veíamos los surcos o las líneas y se trataba dónde estaba el problema, pero esa era la punta del iceberg. Los códigos son guías, direcciones específicas de cómo alcanzar el mejor resultado”, sigue el doctor. Eso explica por qué este nuevo enfoque en la industria se inclina hacialas más jóvenes:enseña a descifrar los signos de la edad con años de antelación, mirando fotos de los padres, estudiando los efectos de los gestos en sus rostros, para que los especialistas puedan prevenirlos.

Con este “botox para todes”, donde no importa el género y está la versión “ligth”, el mesobotox, para las más jóvenes, en Instagram abundan las publicidades geolocalizadas de estasinyecciones. Esta "naturalización del botox" llevó a que en mayo se reuniera la cúpula más alta de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper).

La preocupación, como explicó a este diario Jorge Pedro, especialista universitario de cirugía estética y director de comunicación de esa sociedad,es ante los “intrusos”, como llaman a los médicos esteticistas (no especialistas) que “con un curso empiezan a aplicar botox o rellenos”. La clave es que en Argentina no existela especialidad ‘cirugía estética’ como tal.

“Alertamos a la ANMAT. La toxina botulínica tiene algunas indicaciones en la boca (esel"arma química" contra el bruxismo:rechinar de dientes) y de ahí se aprovechan. Van hasta las patas de gallo. El problema es que los odontólogos pueden comprar la toxina sin problema y los laboratorios deberían venderles sólo si corresponde a tratamientos intrabucales”.

“Los dermatólogos está perfecto, conocen todo sobre el cuidado y envejecimiento de la cara. Pero si googleás ‘cursos de odontólogos’, podés encontrarte estas opciones para también, de paso, poner rellenos”. Eso, dice Pedro, se ve en publicidades en Instagram.

En la Argentina, los cirujanos tienen “a mano” las tres marcas de toxina botulínica. “Es es útil tener tres opciones porque con las sucesivas aplicaciones los pacientes se vuelven resistes a la toxina, les hace menos efecto. Es recomendable la rotación”, explica a Clarín Guillermo Blugerman, del Centro Médico B&S. Lleva aplicando botox desde hace más de 25 años. “Por el dólar hicimos un ajuste y achicamos los márgenes. La caída de pacientes fue entre las más jóvenes”, sigue.

En su clínica, el costo primero se dice en dólares, seguido de la frase “o el equivalente en pesos”. Cada zona de bótox sale 100 dólares. Por tres zonas, la “promo” es a 250 dólares. “Esa raro que vengan a inyectarse Botox pacientes de menos de 30 años. Y la mayoría tiene 34, detalla.

Como una “novedad” para las de 30, está el mesobotox, que es la toxina botulínica “más diluida”. Permite estimular la piel y atacar las primeras arrugas, las más finas, para revitalizar la piel. Actúa sobre las arrugas dinámicas (las que se producen por gesticular), no las estáticas ni gravitacionales. En promedio, su valor es de 90 dólares por zona.

"El boom es el ácido hialurónico. Entre los jóvenes gana 80% contra 20% de botox. No se usa para dar volumen si no para corregir, por ejemplo, ojeras o el perfil y la punta de la nariz (rinomodelación, $ 18 mil) ydura un año. También vienen con 28 años a ponerse botoxparaprevenir las líneas de expresión o mejorar la forma de las cejas. Entre hombres y mujeres están casi a la par: de 10 pacientes, 6 son mujeres y cuatro hombres. Ellos buscan marcar los rasgos masculinos: mentón ycontorno de lamandíbula", dice a Clarínel cirujano Omar Lebus, desde su consultorio de la avenidaSanta Fey Ayacucho.

Así como, para prevenir arrugas, mujeres cada vez más jóvenes se inyectan botox, los hombres se animan más a estas mini-inyecciones que a entrar al quirófano por estética. “Si por las cirugía ellos vienen un 10% más que antes, para botox vienen un 25% más”, dice el Blugerman.

Como detallan los especialistas a Clarín, en las calles de Buenos Aires se ven frentes “muy brillosas” y caras demasiado lisas “que no parecen pertenecer al mismo cuello”.

Como pasa con las cirugías plásticas con anestesia y quirófano, ¿con el botox los cirujanos también tienen que decir “Basta’”?

​“No produce ningún efecto de voluminización, (el volumen que remite a lo que comúnmente se dice “cara de máscara”). Lo que puede pasar es que, con las sucesivas aplicaciones, y el paso de los años, al paciente ya no le haga más efecto. Ahí les diría ‘basta’ y que habría que combinar con FaceTite (desde $ 20.564), un procedimiento con anestesia local, de agujas siliconadas que transmiten radiofrecuencia, estimula los fibroblastos para activar la formación de colágeno y elastina. Levanta el rostro caído. Quita la expresión de cansancio. Es un refresh. En una sola sesión. Eso en las de 45 para arriba”, remarca.

Las entrevistadas para esta nota coinciden con que no importa la clínica elegida, esa primera inyección de botox o rellenopuede ser una droga de entrada. Todos los consumidores entrevistados para este artículo reconocieron la multiplicación de tratamientos y el deseo de aumentar la frecuencia.

“Todas las mujeres deberíamos ponernos botox en algún momento. Porque además de mejorarte las arruguitas, le da colágeno a la piel, otra vitalidad. Una vez que te acostumbrás a ponerte, a ese efecto tan lindo, cuando está bien puesto, obvio, cada 6 meses, en las zonas que es necesario, y poquito, no como en esas personas que abusan y queda feo, querés volver a ponerte siempre. ¿Eso es adictivo? No sé, eso le pasa a personalidades adictivas. A mí me pasa que se me va el efecto y me quiero volver a poner”, dice a Clarín una mujer de 38 años que vive en Palermo Hollywood. Hace dos años tuvo la primera aplicación en frente y entrecejo y desde entonces no falta a su citas anuales para el pinchazo.

Sin ojo clínico, entre los amantes del botoxtambién hay un reconocimiento entre sí. “Una vez que empezás a usar botox te re das cuenta de quién tiene y quien no. El semblante de la cara de las personas cambia. Te das cuenta. No hay que abusar”, alerta.

“Hace un año y medio que me hago botox, no de manera recurrente, por la edad (tiene 34), pero sí cada 8 o 9 meses, y me sirvió mucho. Uno a los 30 y pico de años empieza a tener ciertas arruguitas o líneas de expresión, que pude resolver así. Especialmente algunas que eran más profundas. Si bien el tratamiento es bastante caro, recomiendo hacerlo”, dice otra mujer, de Recoleta que antes se venía realizando tratamientos no invasivos. “No me resultó adictivo, por el momento. Sí cuando se te va el efecto, como te quedaba tan lindo, te lo querés volver hacer”, agrega.

El 90% de las aplicaciones de botox son en el tercio superior de la cara: pata de gallo, entrecejo y frente. El 10% restante se aplica en el cuello y o la comisura de los labios. Una arruga “muy argentina”, dice Blugerman, es la que aparece por el gesto que se hace al tomar mate. “La arruga en forma de ‘código de barra’ sobre el labio.”

A medida que los procedimientos cosméticos crecen, sus clientes se vuelven más jóvenes. Y eso sí pasa en todo el mundo. El ministro de salud irlandés, Simon Harris, dijo en junio que está considerando prohibir el botox y los rellenos cosméticos para menores de 18 años.